miércoles, 5 de septiembre de 2012

Generación Twitter: La vida en 140 caracteres

No tiene ni edad ni intereses definidos, pero son ese enorme grupo que está modificando la forma de comunicarse hoy. En el mundo y en Chile, el crecimiento de esta red social ha sido explosivo y los especialistas hablan de cómo nos cambiará la forma en que vivimos.


"Buen día... tomando un café expreso", dice @claudio07 para saludar a su centenar de seguidores. Son las 9 AM y es un nuevo día en la red social que está revolucionando internet: Twitter. @alejandrasjr responde que está siguiendo una noticia interesante en @cnn y su seguidora @marianaramirez contesta que ya se enteró de la noticia a través de @fernandopaulsen, el periodista de TV al que sigue desde hace tiempo.
La animada conversación se prolonga durante todo el día. Todos los "@pedro @juan y @diego" que tienen cuenta en Twitter van relatando de manera pormenorizada sus vidas, desde que ponen un pie fuera de casa, hasta que regresan en la noche. Y así siguen "tuiteando" hasta que se van a la cama.

Algunos cuentan simplemente qué están pensando o haciendo, como si fuese un reality show personal en internet. Otros actúan como si fuesen un medio de comunicación: van mostrando todo lo que les parece interesante en la web, publican noticias, enlaces a otros sitios, videos y fotografías. Se sienten comunicadores. ¿El resto? Se limita a conversar, comentar cosas de su interés y responder preguntas a todos sus "@amigos".

Así es un día típico en la llamada "tuitosfera", el "universo" construido en torno a la red social cuyo explosivo crecimiento se compara con pocos fenómenos en la historia de internet. Y que, de acuerdo con los especialistas,  está cambiando la forma en que vivimos y nos comunicamos.

GENERACIÓN TWITTER
Si en febrero de 2008 los visitantes del sitio sumaban 475 mil, en febrero pasado las cifras llegaban a siete millones. Un mes después, en marzo, esa cifra había subido en 100%. Así de meteórico. El primer estudio realizado en Chile sobre el fenómeno revela que seguimos una tendencia parecida. Si bien todavía no se compara al auge de otras redes sociales como Facebook, sólo en mayo pasado los usuarios criollos de Twitter aumentaron en 98%, según la investigación llevada a cabo por OMG Resarch.
Tal es el fervor por unirse a esta red que ya muchos están hablando de "la generación Twitter": principalmente jóvenes y adultos, con edades que se concentran entre los 18 y los 34 años, pero que tiene un universo bastante más amplio y que sobrepasa fácilmente los 50 años.
Para toda esta generación escribir sus vivencias en una extensión que no supere los 140 caracteres -el equivalente a la extensión máxima de un mensaje de texto en celular- se ha convertido en una verdadera obsesión. Una obsesión que supera, por mucho, a un trabajo de tiempo completo: lo hacen de día, en la noche y de lunes a domingo.
La dinámica está incluso cambiando la forma de comunicarse y relacionarse entre los usuarios de esta plataforma en la vida real. Para muchos, por ejemplo, usar el teléfono para llamar a un amigo y preguntarle cómo está ya no es necesario. Ya se sabe todo por Twitter. Incluso, si por cualquier razón se comunican, el amigo jamás pregunta "qué has hecho" ni "cómo te ha ido". Sería absurdo preguntarlo. Estos usuarios se conocen como "livecasters": son ellos los que se dedican a contar todo cuanto hacen en el día.
En Chile, según el estudio de OMG Research, que siguió durante un mes a 700 usuarios locales y analizó más de 700 mil "tweets" que allí se postearon, esta clasificación es una de las más difundidas. David Oyarzún, uno de los líderes de la investigación, explica que "viven una suerte de reality show íntimo".
Clive Thompson, escritor especializado en tecnología citado por la revista Time, define esta dinámica como "conciencia del entorno". Una suerte de satisfacción y sentido de pertenencia que se genera en las personas cuando tienen una visión permanente de las rutinas diarias de los demás. Una visión que incluye el seguir la vida de artistas como la estrella de Twitter, Ashton Kutcher (más de dos millones de seguidores), o la de presentadores de la TV como Ophra Winfrey (casi un millón 900 mil seguidores).

YO SOY EL MEDIO
Así las cosas, muchas dinámicas de la vida diaria comienzan a modificarse con Twitter.
Una de ellas son las reglas de conversación en público. Otro de los grupos más extendidos, los llamados comunicadores, van posteando todo aquello que les resulta interesante durante el día. Pueden estar en una clase o en una conferencia y publican en directo las alternativas de la charla. De esta forma, generan extensas discusiones entre los participantes, discusiones virtuales claro, a las que suelen sumarse otras personas que no están físicamente en ese lugar. Todo, sin interrumpir el coloquio.
En el estudio en Chile se los define como "un medio de comunicación en sí mismos". Los hay expertos en diversos tópicos, desde tecnología hasta diseño, moda o fotografía.
"Algunos, como Nicolás Copano, lo que hacen es fidelizar a las audiencias que tienen en sus programas de radio o TV", afirma David Oyarzún. El efecto de estos comunicadores, a su vez, está cambiando la forma en que la gente accede a las noticias: son mayoritariamente los comentarios y enlaces que se publican en Twitter.
En Chile, el estudio indica que la fuente de información preferida de los "tuiteros" son los periódicos digitales (89%) y los blogs (75%). De esta forma, en torno a una noticia determinada, se genera una suerte de "revista virtual", con muchos enlaces a diversas fuentes en internet. Así pasó con la muerte de Michael Jackson, así pasó con el triunfo de Obama en Estados Unidos.
Claro que la concentración es harina de otro costal. Si antes la gente estaba permanentemente mirando sus smartphones o blackberries para ver si había llegado un email del jefe o de un amigo, ahora revisan sus celulares para conocer "noticias" sobre la vida de otras personas.

TUITOSFERA CRIOLLA
En Chile, el 51,1% de los fanáticos de Twitter tiene entre 25 y 34 años y son usuarios avanzados de internet. Además de Twitter descargan películas de la web (78%), hacen streaming de video (50%) y practican videojuegos (58%). Hablamos de una fiebre que recién en enero pasado se comenzó a desatar: "Uno de cada tres usuarios tiene menos de tres meses en Twitter", dice Oyarzún. De hecho, agrega, el 55% de ellos tiene menos de 12 meses en el sitio, en tanto que apenas el 9% lleva más de dos años.
¿Por qué este interés repentino? Sin duda es un efecto mediático, dice el experto, ya que el fenómeno coincide con la adopción de esta herramienta por canales de televisión locales, diarios, rostros de TV y periodistas de noticiarios, algo muy similar a lo que ocurrió en EE.UU. cuando se unió CNN o la presentadora Ophra Winfrey a comienzos de año. Fue a partir de este momento cuando Twitter explotó.
Pero los chilenos, a diferencia de otros países, enganchan más rápido con la herramienta. Mucho más, incluso, que los estadounidenses, país donde se  origina el 60% de los tuiteos: el 23% de los chilenos tiene más de 100 seguidores en Twitter, en tanto que en EE.UU., los usuarios con más de 100 seguidores representan el 12% del total, asegura el estudio de OMG.
Y acá tuitean de verdad. Para constatarlo instalamos una aplicación para usar Twitter desde el celular: las alertas que dicen "usted tiene un nuevo tweet" suenan varias veces por minuto. Difícil concentrarse así (al menos en algo que no sea Twitter). Y no por estar siguiendo a una gran cantidad de "tuiteros", sino porque la fauna que habita la "tuitosfera" chilena es realmente fanática: el 68% escribe, en promedio, un total de 17 tuiteos diarios.

PÁJAROS NOCTURNOS: LOS HÁBITOS DEL MICROBLOGGING LOCAL
El 80% de los usuarios de Facebook en Chile publica desde su casa. Una actividad que no cesa durante toda la semana, según OMG Research. Lo hacen de lunes a domingo y, de preferencia, en la noche: el 58% de todos los mensajes originados en las redes chilenas se registran entre las 19 horas y las 6 de la mañana. La oficina es el otro epicentro preferido de los fanáticos, con el 55% conectados en el trabajo. ¿La calle? Sí, también, el 19% se conecta con frecuencia mientras está caminando, usando el teléfono móvil. Y ellos llevan la delantera en esto: el 71% son hombres y el 29%, mujeres.

Homo Zappens (Daniel Innerarity)


Un síntoma de la velocidad en que vivimos consiste en el hecho de que lo mediático es, para bien y para mal, el signo de nuestro tiempo. Lo que se gana por un lado como información rápida y accesible se pierde por otro como aceleración del tiempo vital, bajo la presentación de una instantaneidad igualadora. Todas las cosas tienen más o menos la misma importancia y son igualmente fugaces; todas son diarias. Lo bello y lo siniestro, lo memorable y lo efímero conocen un único tono de urgencia. La seriación. Todo es igual, del mismo valor, rango y validez.
Lo anecdótico, lo importante, lo extraordinario, lo picante, lo vulgar, lo sublime, lo entretenido, lo terrorífico desfilan al mismo paso en esta especie de barroca informativo. Un descalabro económico y un escándalo amoroso y un acontecimiento deportivo y el estreno de una opera y el resultado de un juicio y un fallecimiento.. La moral en lo mediático es esta y que, bajo la apariencia de una humilde neutralidad de testigo sin prejuicios, trata de poner en pie de igualdad realidades inconmensurables.
Todas las cosas están así en una vecindad indiferente y poco creativa, compartiendo la misma suerte y sis apariencia de discriminación. No hay entre ellas ninguna relación de jerarquía o importancia en este enciclopedismo aparente. “El empirismo de los medios no soporta más que fórmulas conocidas lo cual lo aísla frente al desarrollo creativo y “cometodo” de las redes sociales, en todo ello existe creatividad y contenido valioso. Lo anterior es porque los medios se ocupan de que no aparezca como relacionado lo que está relacionado”. (Sloterdijk)
Si todo tiene el mismo valor, si es indiferente, entonces el comportamiento que más se ajusta a este modo de proceder es el zapping. Es la correspondencia exacta de la neutralidad informativa. Neutralidad por neutralidad. Si el comunicador (en cualquiera de sus formatos) es el primero que no concede más atención a una noticia o contenido sublime que a una menudencia escandalosa, el homo zappens no puede ser criticado por su afán de no dejarse a atrapar y perder la soberana iniciativa que le proporciona el mando a distancia. Lo único creativo hasta este punto y lo único injustificable es que exija seriedad quien no se hace merecedor de ella.

La primacía del presente
Se puede deplorar el hecho de que en el espacio público se presenten basuras culturales. Pero no puede olvidarse tampoco que –como lo muestra el zapping- los efectos de los medios son cada vez más superficiales y epidérmicos, que la publicidad no tiene tanta fuerza ni creatividad como para aniquilar la reflexión, la comparación y la interrogación personal. Las técnicas de promoción, el marketing, no destruyen el espacio de la discusión y la crítica, sino que ponen en circulación una diversidad de autoridades, multiplican las referencias, los nombres y las celebridades. No es cierto que los grandes productos culturales sean eclipsados por la impostura seudocultural, pierden únicamente su aura, su posición soberana, inaccesible. Se disuelven las figuras absolutas del saber y las actitudes de reverencia en beneficio de un espacio de interrogación más amplio (quizás más creativo). La producción de imágenes es una tecnología que suscita deseos, pero que acelera también su desplazamiento y, a la larga, favorece la desintegración.
Estamos instalados en esa primacía del presente y la instantaneidad, que aparece en la arquitectura rítmica de los productos culturales, dominados cada vez más por el éxtasis de la celeridad e inmediatez. El código de la velocidad impone una superficie de efectos audiovisuales sin interioridad, sin lentitud o tiempos muertos. Se trata de una cultura cinética construida sobre el choque y la sensación inmediata. Todo tiene lugar como si el tiempo de comunicar algo no fuera más que una sucesión de instantes en competición de unos con los otros. El videoclip musical es el arquetipo de una cultura Express, con su desfile de imágenes aceleradas en una combinación de arbitraria y extravagante, que no pretende en absoluto ilustrar un texto musical sino acompañar su ritmo. Cada imagen vale en su instante, sólo cuentan la estimulación y la sorpresa que provocan, no hay más que una acumulación disparatada y precipitada de impactos culturales, una estimulación sin memoria y con códigos de creatividad débiles. El objetivo fundamental es impactar al público con la tecnología del ritmo rápido, de la secuencia flash, de la simplicidad, no hay necesidad de memoria, de referencias, de continuidad. Es la expresión más acabada del culto a la superficie.
Ahora bien todo tiene sus ventajas. La otra cara de la novedad es el envejecimiento prematuro de lo que ayer era presentado como nuevo. Por tanto, cuando se nos anuncia alguna novedad con tonos triunfantes, podemos mirarla con la ironía de quien conoce su próxima caducidad. Por otra parte la inclinación ideológica ha afortunadamente neutralizada, pulverizada por la velocidad. Este es el contexto gracias al cual los sistemas  ideológicos han perdido autoridad y no tanto su posible fracaso práctico. La información es un agente determinado en el proceso de desafección de los grandes sistemas de sentido que acompañan la evolución contemporánea de las sociedades democráticas, reduciendo el impacto de las ambiciones doctrinarias y forjando una conciencia cada vez más reacia a los discursos proféticos y dogmáticos. Descalificando el espíritu de sistema, propagan una alergia a las visiones totalitarias del mundo y aceleran la dispersión individualista. El resultado es un saber genéricame4nte frágil. Los medios de comunicación o mass media tienen por efecto desestabilizar los contenidos y la organización de los conocimientos. Lo que se pierde en seguridad y coherencia se gana en receptividad, elasticidad y creatividad pues da el espacio para ella. Esa cultura de mosaico y rapsódica consiste en que se saben más cosas, pero con menor solidez, nada asimilado ni organizado.

Democráticas del zapping
En este panorama me parece que la figuradle espectador que practica zapping tiene un sinnúmero de razones a su favor. Si las cosas en el mundo de la información son así, nadie le negará el derecho a esa peculiar desconcentración de su nomadismo informativo, lo que a mi juicio resta y paraliza toda acción creativa de lograr consultarse el porqué o como poder hacer el entorno de la información (o producto) más práctica o innovadora. Pero son tiempos propicios para los patólogos ávidos de descubrir nuevas enfermedades. Más difícil es encontrar la terapia oportuna y mucho más caer en la cuenta de que, a menudo, la solución no está en manos de la víctima , atrapada en un sistema cultural que apenas permite otro tipo de comportamiento. Esto es a mi juicio, lo que ocurre con quien practica zapping televisivo. Los expertos lo han abierto la veda contra el gozoso vagabundear saltando libremente de un programa a otro, armado únicamente con el inofensivo mando a distancia. Para el psicólogo se trata de una incapacidad de concentración que destruye el equilibrio interior de una persona (realidad que debe ser tomada en cuenta por los creativos para lograr captar en el tiempo a este espectador). Un oftalmólogo previene contra el dolor de cabeza y de ojos que provoca ese nerviosismo.
La prensa alemana informaba acerca de un matrimonio de jubilados había fracasado por haberse roto el pacífico entendimiento en torno a la elección de los programas. El consenso matrimonial destrozado por el desacuerdo televisivo. Si los jubilados hubiesen hecho zapping se hubieran evitado el conflicto (los publicistas desestiman este segmento pues no consideran  o no han considerado  a este segmento como uno que recobra importancia con la nueva era de la comunicación 2.0). En esta caza y captura se esconde también el resentimiento de la industria publicitaria, lógicamente interesada en impedir que alguien escape de la seducción de los anuncios. Pero el homo zappens tiene una flexibilidad, su capacidad de relacionar, su deseo de obtener una panorámica sobre todas las cosas (hoy lo pueden hacer a través de la red y sus componentes), su intento de no dejar nada afuera de consideración, le confieren una posición muy ventajosa frente a la seriedad de la simulación informativa.
Nos enseña que la atención ha de estar en función de la relevancia y que, donde casi todo es irrelevante, la atención tiende a ser mínima. Pero, sobre todo ha descubierto la verdad de la televisión mucho mejor que quien permanece obstinado en un único programa y se lo toma por completo en serio (dura tarea de los creativos en lograr en cantar a los demás, que componen el entorno de ese medio).
Carlos Soria ha propuesto considerar la televisión como un electrodoméstico más. Lo cual es una manera de protestar contra su pretendido monopolio y decirles a través del mando a distancia “such is not life”.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Clase I /31.08.12


CONTENIDO.
Creatividad, tres criterios que se aplicarán durante el presente semestre
1.       Diferentes técnicas para dar soluciones a problemas.
2.       Según Freud, “…la creatividad comienza cuando se produce una alteración en el subconsciente”
3.       En la actualidad ya se habla del 635, es decir ser creativo es lograr la capacidad de generar una junta de 6 personas, 3 ideas y 5 minutos para resolver.

Respecto al repaso histórico resumidamente se planteó lo siguiente:
Desde los griegos y la cultura greco-romana se da la creatividad, Sócrates “Sólo sé que nada sé” y las fábulas como La Odisea, La Ilíada entre otras lo confirman.
Ya en el s.XVI – s.XVII, Descartes con la famosa frase “Pienso y luego existo” nos da la señal de que ya no solamente la realidad propia es la veraz sino que el hombre comienza a profundizar en su acción creadora, ve más allá.
Mundo positivista (Racionalidad) / Rev. Francesa (Producción Capitalista) / Modernidad (Utopía Liberal y Utopía Marxista) nos entrega la opción entre la Racionalidad y la Productividad.
Post Modernidad. La revolución de mayo del 68 (Univ. De Paris), reinvindicación de la emoción, no mirar el pasado, la sociedad de las flores y surge como concepto el HACER, CREAR.
Es el momento en que la semiología tomo importancia por cuando el uso de los símbolos y su debida importancia en el contexto cultural nos confirma que la realidad no es una sola, y son éstos quienes nos han tomado la delantera pues tiene que ver con el lenguaje, y con ello rompe al paradigma ya existente.
Se llega a la Sociedad de la Información (1978) con la aparición de los famosos “hacker” y su mayor exponente Peter Drucker y el conocido artículo “100 cerebros piensan más que uno” que se menciona en nuestro escrito (octubre 2012) “Inteligencia Colectiva”.
Hoy y nuestra realidad frente a los medios digitales como plataforma de creatividad y aporte al emprendimiento con una clara orientación a la Dirección Creativa como herramienta profesional frente al mercado publicitario.
EL PROCESO CREATIVO